domingo, diciembre 11, 2005

Kenia


Esta es Kenia, una golden preciosa que necesita continuamente sentirse querida y acariciada. A veces pienso que nos mudamos a una casa en gran parte por ella, para que no estuviera encerrada en el piso. Al día siguiente de llegar le trajimos a Uma, una pastor alemán que está como una cabra y que se ha convertido en su jefa.
A veces Kenia me mira fijamente desde el ventanal del salón y sé que en esos momentos echa de menos cuando vivíamos solos ella y yo, pero se le pasa la nostalgia en cuanto entra en casa y se acuesta en su sitio favorito, entre la mesa de centro y el sofá, con la cabeza al alcance de mis caricias.