La nieve llegó ayer a unos cinco kilómetros de mi casa. Tuve la suerte de poder acercarme un rato para disfrutar de ese silencio tan extraño y característico de los paisajes nevados, de esa tranquilidad en la que parece que todo se ha dormido, y en la que podemos disfrutar del crujido de la nieve bajo nuestros pasos.
Vaya, se agradece la dedicatoria ;-)
ResponderEliminarPero debe haber algún problema porque no soy capaz de que suene la canción...
Bicos.