lunes, diciembre 04, 2006

Y se va a morir el desgraciado...

¿Será posible que se vaya a morir sin pagar? Ya sabemos todos que ese desecho humano que es Pinochet no iba a pisar la cárcel, pero sus víctimas, las familias de las víctimas de este sádico, se merecen el mínimo e ínfimo consuelo de verlo sentado en el banquillo y mostrarle su desprecio, su odio, su dolor. Se merecen la oportunidad de mirarle a los ojos y preguntarle por qué y en nombre de qué fanático mandato divino ordenó matar, violar, torturar y humillar a sus padres, madres y hermanos. Se merecen la oportunidad de decirle que, si existe Dios, merece arder en el peor de los infiernos, y con él la cúpula de mitrados que lo bendijeron a él y su cruzada, como antes bendijeron al miserable de los cuarenta años.

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